Lo bello, lo roto, lo efímero

En The Captain Jack creemos que el mar de Mallorca no puede disfrutarse a distancia. Que hay que dejarse rodear por sus aguas y disfrutar de la bahía de Alcudia desde ellas. Porque es un enclave perfecto para practicar un poco de esnórquel, descubrir la flora y la fauna submarina o bañarse relajadamente frente a playas y calas inolvidables, como Alcanada o Coll Baix.

1. Los Museos de Mallorca

Historia, gastronomía, cultura, playas… Y también museos. Mallorca es una isla artística y rinde como tal hoy en día con tres museos destacados. La Fundación Juan March es un espacio dedicado a la promoción del arte contemporáneo y la cultura. Fundada en 1975, alberga una impresionante colección de pinturas, esculturas y fotografías de destacados artistas españoles e internacionales. Más arte en Es Baluard, que, con vistas al mar, alberga una ecléctica colección que abarca desde el siglo XIX hasta la actualidad, además de protagonizar habitualmente la agenda cultural de la ciudad. Mención aparte merece la Fundación Joan Miró, epicentro del universo colorido de Miró. El edificio en sí, diseñado por el arquitecto Josep Lluís Sert, es una obra maestra que complementa la esencia vanguardista de las creaciones del genio catalán.

2. Valldemossa

A apenas 20 kilómetros de distancia, pero como si entre medias hubiera un país diferente, así se siente llegar a este pintoresco pueblo colgado de la Sierra de Tramuntana. Su fama internacional se remonta a cuando la escritora George Sand y el compositor Frédéric Chopin llegaron en 1838 a bordo del vapor “El Mallorquín”, buscando alivio para la tuberculosis de éste último, y de la que, sin embargo, acabaría muriendo tiempo después. Aunque su estancia en la Cartuja de Valldemossa estuvo marcada por las diferencias culturales con los lugareños, la experiencia inspiró a Sand a escribir “Un invierno en Mallorca”, convirtiéndose en la primera embajadora turística de la isla. Hoy, Valldemossa es uno de los imprescindibles que visitar en Mallorca con la Cartuja y las celdas de Sand y Chopin como joya principal, sin despreciar, por supuesto, la coca de patata en Ca’n Molinas, toda una institución isleña..

3. Senderismo y bicicleta en La Serra de Tramontana

Es posible ir a Mallorca y no sumergirse en la maravillosa constelación de pueblos y paisajes de la Serra de Tramuntana. Sin embargo, eso dejará cojo cualquier viaje a la isla igual que si un ser extraterrestre aterrizara en una única coordenada del planeta y se marchara sin más para contar lo visto a sus pares. La ruta para darle a los pedales se extiende desde Andratx hasta Formentor y abarca alrededor de 150 kilómetros de terreno montañoso y desafiante, ofreciendo a los más entusiastas algunos de los pasos más espectaculares y exigentes de Mallorca. Las serpenteantes carreteras a lo largo de la sierra proporcionan un escenario ciclista tan épico como hermoso. Los puntos de partida más comunes son Palma de Mallorca, Andratx, Sóller y Pollença. Aquellos que prefieren explorar a pie este paisaje cultural reconocido por la Unesco tienen a su disposición el GR-221, también conocido como Ruta de la Pedra en Sec.

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